Celia Cruz: Un siglo de la Reina que nunca dejó de cantar por Cuba

A cien años de su nacimiento, el legado de Celia Cruz continúa tan vivo como su inolvidable grito de batalla: ¡Azúcar!
Pero Celia no solo fue la voz más poderosa de la salsa: se convirtió en un símbolo de identidad, resistencia y orgullo para generaciones de cubanos, dentro y fuera de la isla.

Nacida el 21 de octubre de 1925 en Santos Suárez, La Habana, Celia Caridad Cruz y Alfonso creció en una familia humilde donde —según contaba ella misma— ya de niña cantaba para dormir a sus hermanos. Aunque llegó a estudiar magisterio, pronto tomó la decisión que marcaría su vida: dedicarse por completo a la música. Ingresó al Conservatorio Nacional y comenzó a destacar en la radio, ganando concursos y premios que anunciaban el nacimiento de una estrella.

De La Habana al mundo

Su salto a la fama llegó en 1950, cuando se convirtió en la voz principal de La Sonora Matancera, una de las agrupaciones más influyentes de la música cubana. Con ellos viajó por toda América Latina durante quince años, grabó éxitos inolvidables como Burundanga, Tu voz, El yerbero moderno y Cao Cao Maní Picao, y se ganó el título de “La Guarachera de Cuba”.

Pero tras la llegada del régimen de 1959 y su negativa a regresar a la isla después de una gira, Celia inició una nueva vida en el exilio. Su música fue censurada en Cuba durante décadas, lo que no hizo más que convertirla en un emblema de libertad para la diáspora.

Una carrera gigante

Desde Estados Unidos, Celia no solo mantuvo su reinado, sino que lo multiplicó.
Grabó con Tito Puente, Johnny Pacheco, Larry Harlow, Willie Colón, Héctor Lavoe, Ray Barretto, y formó parte de los legendarios Fania All-Stars, llevando la salsa a estadios abarrotados como el Yankee Stadium.

En los años 70 y 80 consolidó su poderío con discos y colaboraciones históricas. Su emblemática Bemba Colorá se convirtió en un himno que aún hoy hace vibrar al público.

En los 90, con más de 60 años, seguía rompiendo esquemas:

  • En 1998 lanzó Mi vida es cantar, álbum que incluye La vida es un carnaval, quizá su canción más universal.

  • Participó en el concierto Pavarotti and Friends (1999).

  • Presentó los primeros Grammy Latinos en el año 2000 y ganó su primer GRAMMY en esa edición.

Su carrera acumula más de 100 discos, 23 álbumes de estudio, 4 Grammys, 5 Latin Grammys y un sinfín de reconocimientos internacionales. En 2016 recibió el Lifetime Achievement Award de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.

Una figura censurada… y luego reivindicada

Celia nunca pudo volver a Cuba, excepto una vez:
en 1990, invitada a cantar en la base naval de Guantánamo. Al despedirse, tomó un puñado de tierra y pidió que lo pusieran en su ataúd. Así se cumplió cuando falleció el 16 de julio de 2003, víctima de un tumor cerebral.

Durante décadas, su imagen estuvo prohibida en la televisión cubana. Sin embargo, a partir de los años 2000 su figura comenzó a trascender incluso dentro de la isla gracias a Internet, nuevas generaciones y su música inmortal.

El centenario de su nacimiento, en 2025, ha reavivado homenajes en todo el mundo:

  • Google le dedicó un doodle especial.

  • Instituciones culturales en Nueva York, Miami y México presentaron exposiciones y tributos.

  • Artistas contemporáneos volvieron a interpretar sus éxitos.

  • Comunidades cubanas alrededor del mundo organizaron celebraciones simultáneas.

Celia hoy: identidad, rebeldía, Cuba

Celia Cruz no solo marcó la historia de la música latina; también se convirtió en un símbolo de la Cuba que muchos soñaron y no pudieron ver.
Su risa, su energía, su estilo desbordante y su voz —capaz de estremecer desde un susurro hasta el rugido salsero más poderoso— siguen siendo parte esencial de la cultura cubana.

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